viernes, 3 de junio de 2016

Roger Wolfe quiere vivir en Almería


Un coche se paró en la entrada de un frenazo. Bajó una niña de unos catorce años, la madre, alguien que parecía el hermano. Entraron en la sala de espera. La niña gritaba y se sacudía como poseída por el baile de San Vito. Luego se puso a vomitar. En medio de la sala. Jadeaba y vomitaba, y luego se estampó de bruces en el suelo. El hermano y la madre la agarraron, y el ATS los cogió a los tres y se los llevó de allí. Seguía teniendo la misma cara de asco, sólo que un poco más despejada esta vez. Como en guardia, no le fueran a vomitar encima a él también.

«Oras en la vida» (Oras en la vida, 2016)


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